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martes, 25 de junio de 2013


Cuenta la leyenda que ya nunca compartiremos amaneceres sobre el mismo lecho, que tus labios jamás volverán a morder los míos, que ya no podremos declararnos la guerra en el ascensor para más tarde firmar armisticios en la cama.

Los maledicentes comentan que no volveré a reírme de tus palabras mal dichas, ni tú lo harás de mi manía de dormir siempre en pijama. Que no volverás a recibirme en aquella fría estación de autobuses, que no podremos volver a dormir fugaces siestas abrazados y que ya no comeremos como auténticas bestias en el buffet oriental de aquél centro comercial.

También dicen que ya no recibiré tus mensajes cariñosos de buenas noches ni compartiremos tardes de café en aquél romántico local con velas en sus mesas y miles de antiguallas decorando sus paredes.

Tampoco podré disfrutar de esos pelos casi siempre despeinados, de ese caminar titubeante, de tu maldito olor a ese perfume que tanto me gustaba, de esa sonrisa que siempre llevabas y de ese no sé qué, que me hacía estar a gusto, como si te conociese de toda la vida  y que hacía que cualquier problema disminuyese en importancia.

Y sí, es cierto, PUDIMOS SER ETERNOS pero fuimos efímeros en el tiempo. Sólo logramos escribir y ser protagonistas de un cuento breve. Pero lo que nadie nunca podrá impedirme es que será un cuento que leeré mil veces…


Es tan corto el amor y tan largo el olvido


lunes, 3 de junio de 2013


-  ¿Sabes? Siempre he pensado que todo el mundo sueña en el fondo con ser la oveja negra del rebaño, con salirse un poco del redil aunque sea de vez en cuando

-   ¡Anda ya! Pues… yo no

-   ¿Por qué no? Pero si la oveja negra es la diferente, la única… ¡es la mejor!

-   Pero es que yo soy normal, siempre me he considerado tremendamente normal

-  ¿Prefieres entonces ser la oveja más blanca, la más bonita, la que más lana da? Eso es un coñazo, un auténtico aburrimiento

-  Que va, simplemente quiero ser una oveja más. No destacar demasiado, pasar desapercibido ¿qué diablos tiene de malo?


-  Joder, no sé, eso me parece más aburrido aún. Yo que sé, si no quieres ser la negra bajo ningún concepto… lo mejor sería intentar ser la mejor de entre las blancas

-   ¡Que no! De verdad, no insistas. Gracias, pero no

-   Pero ¿¡Por qué!?

-   Porque la mejor de las ovejas… siempre acaba trasquilada